Respuesta Bíblica

¿Responde Dios las oraciones de los incrédulos?

¿Hay ejemplos en las Escrituras de que Dios responda las oraciones de los incrédulos?

No conocemos ejemplos en las Escrituras de hombres o mujeres incrédulos que oren a Dios y sean escuchados. Por otro lado, encontramos ejemplos de incrédulos que interactúan con Dios (de alguna forma) como Caín, que conocía a Dios pero carecía de fe en sus promesas. Estas interacciones son meramente evidencia de los comentarios de Santiago sobre el reconocimiento de Dios pero la fe ausente:

Santiago 2:19 Creéis que Dios es uno. Lo haces bien; También los demonios creen y se estremecen.

Sin embargo, la Biblia declara claramente que las “oraciones” (es decir, peticiones) del mundo incrédulo no son escuchadas por Dios, porque a menos que nos acerquemos al trono de Dios por medio de Jesús, no tenemos acceso al Padre:

Prov. 15:29 El Señor está lejos de los impíos,
Pero Él escucha la oración de los justos.
Sal. 34:15 Los ojos del Señor están hacia los justos.
Y sus oídos están abiertos a su clamor.
Sal. 34:16 El rostro del Señor está contra los malhechores,
Para cortar el recuerdo de ellos de la tierra.
Sal. 34:17 Los justos claman, y el Señor oye
Y los libra de todos sus problemas.
Prov. 15:8 Abominación es a Jehová el sacrificio de los impíos,
Pero la oración de los rectos es su deleite.
Sal. 138:6 Porque aunque el Señor sea exaltado,
Sin embargo, Él mira a los humildes,
Pero el altivo lo sabe de lejos.
Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí.
1Tim. 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre,

Estas escrituras y otras testifican que nadie puede orar (o acercarse) al Padre excepto en el nombre de Jesús. Por tanto, los que no conocen a Cristo no pueden ser oídos, ya que no se acercan al Padre por el Hijo. Esta es la clara enseñanza de la Biblia.

En segundo lugar, la Biblia dice que los hombres y las mujeres nacen enemigos de Dios por el pecado que heredan de Adán, pero por la fe en Cristo somos adoptados como hijos de Dios:

Ef. 1:5 Él nos predestinó para adopción como hijos suyos por medio de Jesucristo, conforme al bondadoso propósito de su voluntad,
ROM. 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
ROM. 8:15 Porque no habéis recibido un espíritu de esclavitud que haga volver a temer, sino un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba! ¡Padre!"
ROM. 8:16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios,
ROM. 8:17 y si hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos con él, para que también seamos glorificados con él.